Finalmente tuvimos el primer encuentro de las comunidades, con una multitudinaria y variada asistencia: en total, más de 95 pesonas, entre pobladores adultos y niños y voluntarios de UTpCh. Al terminar la misa en la que bendijimos a cada una de las comunidades, Felipe leyó la siguiente oración:
"Danos entrañas de misericordia ante toda miseria humana, inspíranos el gesto y la palabra oportuna frente al hermano solo y desamparado, ayúdanos a mostrarnos disponibles ante quien se siente explotado y deprimido. Que tu Iglesia y cada una de las Comunidades de Base, Señor, sean un recinto de verdad y de amor, de libertad, de justicia y de paz, para que todos encuentren en ella un motivo para seguir esperando." (de la Plegaría Eucarística Vb).
Personalmente quedé muy contento, con renovadas esperanzas en el fruto que pueden dar las comunidades, ante los desafíos de la organización para conseguir la casa propia, ante las dificultades de la vida en los campamentos, y todo inspirado por el Señor y sus promesas, que de modos misteriosos se van cumpliendo, a pesar nuestro.
(Acá encuentras algunas fotos, gentileza de Calvin Undurraga).
